Los que nos vemos obligados a vivir la mayor parte del año lejos del mar, que no por lo recalcitrante, su sentir deja de ser menor....el mar en suma, lubrica los roces de los senderos de nuestra mente para discurrir por ellos mejor y disminuir anhelos, esperanzas, sentimientos sublimes y otras maneras de ser en este atribulado mundo del que a veces dudemos de justificar hasta su existencia, que sólo el aleteo de Dios nos hace seguir en la senda. A veces nos apartamos un poco de ella pero esa es tal su fuerza que nos vemos obligados a retornar y seguir en ella...aunque renqueando. Fernando Eduardo Barros Guisasola
Fernando, gracias de nuevo. Sólo por tus comentarios , vale la pena escribir en los blogs. Deseo retomar nuevamente mi contacto con este espacio que tantos momentos de satisfacción me reportan. Gracias Rita
Los que nos vemos obligados a vivir la mayor parte del año lejos del mar, que no por lo recalcitrante, su sentir deja de ser menor....el mar en suma, lubrica los roces de los senderos de nuestra mente para discurrir por ellos mejor y disminuir anhelos, esperanzas, sentimientos sublimes y otras maneras de ser en este atribulado mundo del que a veces dudemos de justificar hasta su existencia, que sólo el aleteo de Dios nos hace seguir en la senda. A veces nos apartamos un poco de ella pero esa es tal su fuerza que nos vemos obligados a retornar y seguir en ella...aunque renqueando.
ResponderEliminarFernando Eduardo Barros Guisasola
Escribí mi respuesta y no ha sido publicada. Rita.
EliminarA donde ha ido mi primera respuesta ?.Rita
EliminarDeben firmarse todos los comentarios....
ResponderEliminarFernando Barros Guisasola
Fernando, gracias de nuevo. Sólo por tus comentarios , vale la pena escribir en los blogs. Deseo retomar nuevamente mi contacto con este espacio que tantos momentos de satisfacción me reportan. Gracias Rita
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