lunes, 22 de abril de 2013

SIEMPRE EL MAR

Espero algo del mar

¡Gracias!Ayer un día de los que me gustan, sol...,viento...,mar.
¡ Qué mar...! ¡Un mar fuerte...!
Las olas chocan contra la roca deshaciéndose en espuma blanca hasta llegar a la orilla. De pronto...pienso, que este mar podría traerme algo hasta esta playa de BARIZO, en la que me encuentro, y me pregunto:
Qué podría ser?.

Una estrella ! No, ya tengo una. Una estrella que me  protege. Que todas las noches se enciende para mi sola.

Quizá...una perla? No, no me gustan las perlas; es algo más valioso, que siempre espero. El mar puede traer tantas cosas...

Tal vez una botella con un mensaje dentro ?
Eso me gusta más. Desde hace mucho...es algo que me gustaría hacer. Puedo estar todavía a tiempo..., pero no es lo que yo quiero ahora.

Una caracola? Como aquellas que yo buscaba siendo niña para escuchar el sonido del mar. Pero ya no es el momento.

Un trozo de la red de un barquito pesquero pintado de azul ? Me gustaría esa red. Desteñido su color marrón, y con caracolillos blancos a ella pegados. Pero tampoco es lo que espero.

Y si llegase un delfín ? Un delfín agotado, sin ganas de vivir, buscando una playa pequeñita, para descansar sobre su arena...No, eso tampoco. Me daría mucha pena.
 A veces el mar no trae nada. Algunas mujeres esperan...y esperan y se visten de negro porque el mar se ha quedado con lo que ellas esperaban.¡Qué triste!.  El mar, a veces, se queda dentro con lo que otros esperan...

¡Ya sé !¡Ya sé! Una bota. Una bota de algún marinero despistado, arrugada y sin cordones, con una lengüeta muy larga. Pero...para qué quiero una bota; además...
una?.


Yo espero algo muy simple: ¡ Una flor! Una flor bamboleándose sobre la superficie del agua, a derecha e izquierda, arriba y abajo, enseñándose coquetona y escondiéndose a veces. Una flor amarilla, que con los rayos del sol brilla como un diamante. Sí, una flor amarilla, que pudiera ser que alguien la lanzase desde lo alto para mi. Algo muy simple, pero muy valioso, que siempre espero cuando miro al mar: UN NARCISO AMARILLO.










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