GAVIOTAS EN EL MAR
Casi no hay gaviotas que alegren el aire , ni que sobrevuelen la
ciudad. Es época de romances. Magnífico a la vista observar co
mo buscan a su pareja para empezar a construir su nido.
Pero ya casi no hay gaviotas buscando en los tejados el
el abrigo para colocar sus pajitas y toda clase de peque-
ños objetos en los que colocar sus huevos. Regalándonos
más tarde la escena de alimentar a sus crías, manifestan-
do su instinto maternal.
Qué belleza verlas cruzar el mar tranquilo, como hoy, con su
majestuoso vuelo.
¡ Ya no quedan, casi, gaviotas en la ciudad !
Al hombre de hoy le molesta todo lo bello.