Otro verano.
Ya no huele a flores quemadas. Ya no quema la arena de la playa. Ya el sombrero no molesta en el pelo. Las olas nos despiden con sus abanicos festoneados, dándonos el adiós del verano. Estas olas este mar que ya lo estoy haciendo mío. Su color azul en la cercanía y verde en el horizonte.
Son ya once años disfrutando de sus aguas, de su playa limpia y cómo no de su "chiringuito" que tantas veces suplía la bandeja de Janiris al lado de la piscina.
Otro verano en Roche, rodeada de mis dos hijas, sus maridos y parte de mis tan queridos nietos. Y Mixina... Qué decir de la fantástica compañía de mi hermana , cerrando las mallorquinas para que no la "pasmase" la luna.
También estabas tú, porque tú estás siempre conmigo. ROCHE 2013.
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